¿El estrés y cómo afecta al cuerpo físico? Enfermedades autoinmunes desarrolladas
por el estrés
El estrés implica la liberación de hormonas que preparan al cuerpo para combatir o huir de la amenaza. Se manifiesta como respuesta normal del cuerpo, y puede ayudar a aumentar la motivación y mejorar la habilidad de afrontar situaciones difíciles. Sin duda, cuando sufrimos de un estado de estrés prolongado se generan consecuencias negativas en la salud física y mental.
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Esto incluye un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, problemas de memoria y enfermedades cardíacas. Para reducir los síntomas del estrés, es importante encontrar tiempo para relajarse y hacer actividades que lo disminuyan. Entre ellas puedes practicar meditación, yoga, respiración profunda y/o actividad física.
¿Cómo se manifiesta el estrés en nuestro cuerpo?
Muchas veces es simple de identificarlo, pero otras no ya que aparece de maneras diferentes, dependiendo de cada individuo. Estas manifestaciones pueden incluir cambios en el comportamiento, como irritabilidad, ansiedad o depresión, estado de ánimo, o tristeza; y cambios físicos, como fatiga, dolores de cabeza, aumento del ritmo cardíaco, presión arterial alta, alteraciones en la piel o incluso problemas gastrointestinales.
Un estado de estrés se genera cuando una persona percibe una situación como amenazante o desafiante. Esta percepción puede ser real o imaginaria, y puede provocar la liberación de hormonas que preparan al cuerpo para combatir o huir de la amenaza.
También puede ser causado por situaciones estresantes, como el trabajo, el estudio, las relaciones personales, las preocupaciones financieras o las preocupaciones por la salud. Incluso este sentimiento puede resultar a causa de situaciones que alteran significativamente la realidad actual, como un cambio de trabajo o de residencia, el nacimiento de un bebé o la pérdida de un ser querido.
Efectos a corto y largo plazo
Nuestro cuerpo puede verse afectado de distintas maneras a causa de la ansiedad o el estrés. Esto puede darse tanto a corto como a largo plazo.
Si el estrés afecta el sistema inmunológico a corto plazo, aumentará el riesgo de padecer enfermedades infecciosas. A largo plazo, el estrés puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades relacionadas con el estilo de vida.
Incluso muchas veces se generan consecuencias dermatológicas no deseadas como la pérdida del cabello, acné y dermatitis.
Efectos dermatológicos
Algunos efectos del estrés emocional pueden verse reflejados en nuestra piel. Cuando una persona ya padece de trastornos cutáneos estos pueden empeorar como consecuencia de un estado de ansiedad extremo.
- Dermatitis atópica: se presenta en forma de hormigueo, enrojecimiento, ardor o picor.
- Alopecia areata: es una enfermedad autoinmune en la que el propio cuerpo ataca los
folículos pilosos causando la caída del cabello. - Acné: es uno de los problemas de la piel más comunes y en muchos casos el estrés es
su causante o agravante.
En todos los casos es necesario identificar el estrés y tratarlo. Siempre se recomienda la asistencia de un profesional que pueda guiar al paciente en la elección y modificación de la conducta.
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